Hoy llevo un día extraño, de consejos, pecados y "cuidados". Decido bajar a la calle a echar unas cartas en correos y mientras observo la barbaridad de estorninos (han llegado) en la antena del edificio de enfrente, aparca un coche ante mí en el arcén y veo al amigo que tiene multitud de cuernos y ¡oh, sorpresa!, ella sentada en el coche. Le digo que si va todo bien. Me dice que tirandillo, yo, en la confianza que da una amistad de años, le miro fijamente:
-¿Y eso?
-Siempre hay cosas que no van como uno quisiera.
-En tu caso, tío, es siempre la misma "cosa". Ya ficho por donde van los tiros. ¿De veras esperas sacar algo bueno ahí algún día?
- No.
SILENCIO ABSOLUTO. Quedamos para tomarnos un café mañana, solos.
Miro hastiada los estorninos en la antena del edificio de enfrente, llueve... y solo le digo que tengo prisa y que ya nos veremos.
En fin, ya lo dijo Lichtenbert: "Muchos hombres ven más la virtud en arrepentirse de sus pecados... que en evitarlos".
Chungo, querida, muy chungos están los temas...
ResponderEliminarConfiemos en que la mala racha pase.
Un beso!
gracias por tu visita y comentario. Siempre que quieras seras bien recibida.
ResponderEliminarDura muy dura esta historia y cargada de realismo...
Una sonrisa
Nos leemos
¿Hacemos un club de dias extraños? Me pido tesorero!
ResponderEliminarmadremia como está el patio...aunque no soy la mejor para dar consejos... un beso y ya vendrá un día mejor.
ResponderEliminarCoco me uno al club...
COCO.... CONCEDIDO. (Aunque tener un "coco" de tesorero...uy, uy)
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