Peregrinación a los cementerios
Los cipreses se mantienen erguidos, marcando la frontera entre el cielo y la Tierra, marcando la separación entre lo vivo y lo inerte.
Los cipreses se mantienen erguidos, marcando la frontera entre el cielo y la Tierra, marcando la separación entre lo vivo y lo inerte.
Y un año más comienza la peregrinación a los cementerios, con vistosos ramos de flores en la mano para llenar de calor y recuerdos estos fríos lugares. Las flores son colocadas en las lápidas, dan colorido y buen olor, son dejadas con todo cariño...
Pero la gente no sabe que por la noches se convierten en duendes y vuelan hasta llegar al cielo para fundirse en un abrazo con la persona querida. Si mirásemos el firmamento estas noches veríamos multitud de estrellas fugaces; no son más que la energía liberada en esos abrazos.
Un año más la peregrinación lleva flores para unir en abrazos...
el cielo y la Tierra.
UN BELLISIMO TEXTO De mi amigo del blog MENSAJES DE HUMO. Me quito el sombrero.
ResponderEliminarPrecioso...;-)
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