5 feb 2009

COCHE 10, MONEDERO 0 (5Ag.08)

En fin, pasadas estas dos semanas creo que estoy en disposición de decir firmemente: SI, HAY CRISIS. Aunque tengo que matizar que existe la monetaria, pero sobre todo la de valores. Durante este tiempo de "curranta" tras la charcutería y frutería del supermercado (que al final hago de casi todo) he llegado a la conclusión de que estamos asentando las bases de una nueva modalidad a la hora de la compra-venta diaria de lo que llamamos productos de primera necesidad. He descubierto que no se estila nada el pedir "200 grs. de jamón cocido", " 150 de queso ". . . Donde han quedado los tiempos en que abrías la nevera y SIEMPRE, válgame Dios había unas lonchas de salchichon y un trozo de pan en la alacena para pegar un bocado. Ahora se sigue este ritual:
- ¿Cuantos somos, cariño?, ¿nueve, no?... Vale. Póngame, nueve lonchas de queso, nueve de fiambre, nueve paraguayas, 1 limón, 1 ajo, 1 tomate, 1 lechuga...
¿Y si a alguno le apetecen dos paraguayas, pongamos?, me quedo pensando. El 98% de la clientela que pasa por el supermercado son propietarios de chalet, o de piso, alrededor del super, allí no hay ningún hotel hasta unos 2 kms. más allá, de hecho, a la mayoría mis jefas los conocen por nombre ... y yo todavía me sorprendo más. Me piden todo contado, miran todas todas las etiquetas antes de pedir. No preguntan cual queso es más dulce, o más suave, o de mezcla... sino cual es el más barato, pero al levantar la vista luego, ves como se van en su todoterreno, en su A8, en su Mercedes... Anécdotas tengo muchas, aunque solo os daré la vara con unas poquitas. :
- Una señora con cara de amargada, pero eso sí, con sus gafas y su blusa de Chanel y su bolso Tous, se aventura y me pide 100 grs. de pechuga de pollo, por desgracia, me despisto y me paso de los 100 gramos a los 110 grs. Sin cortarse un pelo, me hace retirar la loncha que me he pasado !!? . Sonreí, pero me quedé fría.
- Un hombre entra y me pide 11 bocadillos, mitad de fiambre y mitad de chorizo revilla. Mi sorpresa, cuando al ir a cortar para ir rellenando los bocadillos, pide un solo piso de relleno. No sé si me explico, ¡ es todo pan !.
- Una mujer exige a una compañera que le pese la empanada sin el cartón/papel con el que viene del horno (que no pesa, lo he comprobado), todos flipando y ella insiste. Mi compañera, harta, ni se lava las manos ni gaitas. Coge la empanada y se la zapatea sobre la báscula. La señora monta un pollo de narices, que se está pasando. Finalmente se lleva la mitad y se va toda tiesa. Tarda tres días en volver, y cuando lo hace pretendía llevarse medio pepino !!!. PA MEARSE Y NO ECHAR GOTA...
- Un treintón con dos gemelos de unos 8 años, se lleva un cucurucho para los dos niños "y váis mordisqueando por turnos, si ?".
- Una parejita se lleva la ración de empanada de uno para los dos, una natilla para los dos, una cocacola para los dos... yo es que me doy la vuelta por no reírme en voz alta... porque han llegado en un SLK amarillo. Una de mis jefas, se baja fingiendo que coge algo en las neveras y la oigo medio sofocada riéndose en silencio con la cabeza en medio de las acelgas.
- Un chavalín de unos 18 pide salchichón y según voy cortando "eso no llega a 2,00 euros ni de coña, no?"
- Un cuarentón llega con el pelo mojado aún y el bañador y las chanclas y pide un pollo asado de 1 kg "y llega para seis, verdad".
Los primeros días todo me parece una guasa, me lo tomo a chiste o a racha y no le doy mucha importancia, y según empieza el mes de agosto compruebo que es todo mucho más terrible. La gente no trae un duro, abren la cartera en caja y ves que solo hay monedas la gran mayoría de las veces y ves como van contando los centimitos... que por supuesto están en su derecho, y son de curso legal... Pero no deja de parecerme triste cuando me fijo en su coche, en su ropa, su manicura perfecta, sus zapatos, hasta el bolso playero de marca... Todo me parece una guasa, surrealista y me doy cuenta de que si me lo hubieran contado diría que son unos exagerados. Mis jefas repiten que nunca habían visto salir el queso y todos los fiambres a tanta velocidad. Ya no salen paellas, ni pulpo, ni percebes "¿que es eso?" Que siempre hubo gente maniática pero que nunca habían visto algo igual en los turistas. Yo estoy más atenta día a día a los que se van con las bolsas y no veo un Ibiza, un Clío, un León, un R19, un C3... Solo Audis grandes, BMW grande, todoterrenos... (aunque sea SANG YONG), no veo ninguna mujer vestida del chino... salvo las viejitas que viven aquí todo el año y llevan ropa normal y algunos hombres con el nique playero... pero las mujeres (ay, las mujeres somos lo peor). Como salgo a las 15hs., cada mañana cuando llego, me cuentan las novedades y todavía nos echamos alguna risa. Todavía me acuerdo de una pareja que me hizo empaquetar la empanada de atún... y luego les debió parecer cara, y a lo tonto, a lo tonto... la dejaron por una esquina antes de llegar a caja. Me parece terrible, triste, horroroso, una verguenza. No lo concibo. Es decir, que la gente prefiere quedarse con las ganas de otro paraguayo, otra loncha de queso, un bocata bien rellenito... a "rebajarse" a vender el A8 y comprarse un Laguna, por ejemplo. "Anonadada ´toy ".
Aunque, sinceramente, para mí, creo que para colmo de la gracia y al mismo tiempo de lo ridículo y penoso, (una cosa es contarlo y otra es oírla) una señora tras pedirme 7 lonchas de lomo "muy finitas, eh", y otras siete de queso "el más baratito, eh"
- Nena... y dame 7 peras... pero que sean todas iguales ¿eh?.
"Claro, señora" - pienso - " No sea que a la hora del postre se peleen por la pera más grande".

Igual quería que pesara una por una. ¡ Pfffffffffffffffffffffffff !

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