Hombres... si es que serán todos iguales, como decía mi abuela:
-Niña, tú no te preocupes, ten siempre dos velas encendidas por si una se apaga, que hombres sobran. Si te timaron en el mercado y trajiste por merluza, una sardina común, ¿por qué no volver al mercado?. Hay tantos rodaballos en el mar... La caña bien tensa, que en cuanto aflojamos se largan.
Y que razón tenía. ¿En que diccionario aprendieron los hombres el significado de “Ahora subo”, y “Vengo pronto”???.
Ayer he tenido un vaivén de fortuna. Llevaba sintiéndome mal todo el día, demasiado ordenador, demasiadas discusiones, demasiado sueño, calor, agobios... y salí del trabajo ya a las 21hs. La cuestión es que no sé muy bien como, al Km y medio, durante un segundo me dormí al volante. Fue un “zip”, abrí los ojos y vi que me salía hacia al otro carril, por donde, por santa fortuna, o porque a alguien le caigo bien arriba (será de ver “Entre fantasmas” en Cuatro), no venía nadie. Di un volantazo, me asusté, y al mirar por el retrovisor el de atrás me hacía el gesto de si estaba loca. Somos malos, a nadie se le ocurre pensar los problemas que pueda tener otra persona, nos lo sabemos todo, tenemos todas las respuestas para todas las preguntas.
Son solo 6 kms. de mi piso a la oficina, así que pronto llegué a mi garaje y a mi salón. Me quité las lentillas y me puse las gafas, eché un vistazo a mi Colisa, un pobre pececito que se me muere... y me tumbé en cama, sin ganas de nada. A los 20min. llama mi novio,, y me pregunta donde estoy, que está en la cafetería para tomar un helado... yo le cuento que me dormí un segundo, me asusté, estoy en cama, no me apetecía parar. Al muy cabrito solo se le ocurre decirme que están allí fulano y mengano con voz tristona, vamos, que desde que estamos en plan ahorrador parece que tiene “mono” de bar y amigos de barra, y enlaza: “Pero da igual, estoy en la puerta, ya arranco el coche y subo”.
Tengo que aclarar, que desde la cafetería a mi piso, andando, hay 5. min., PASEANDO. Yo ya lo veo venir. Pasan 10min., 15, 20, 1 hora, hora y cinco... y aparece.
Claro, para entonces yo me encontraba mejor, y a cuento que mi madre no ha venido aún, ya me he duchado, preparado una cena sexy, encendido una vela con perfume de alhelí y preparado mi lencería favorita. Y también tengo un cabreo que clama a Cristo.
Es un artista. Entra con un helado en la mano. “Mira que te traigo, cari, de chocolate”, y me besa. Yo ya me sulfuro y digo que no me apetece a esas horas. Me mira y no osa preguntar por qué. No me pregunta porqué tengo mala cara, porqué estoy enfadada... se sienta y ni pone el vino. Le miro ya verde de rabia.
- Oye, si no piensas cenar, dúchate sin problema que yo ya me he duchado.
- Claro que quiero cenar, ¿y luego esta ensalada?.
Entonces es cuando se fija en la vela... pero no dice nada.
- Y según tú... el vino o la coca-cola o lo que se te antoje va solo a la mesa, ¿no?.
- No hace falta que se entere todo el vecindario... ya voy.
- El vecindario me importa tres pijos.
- ¿Pero que te pasa?.
- Mira... esta conversación ya la hemos tenido más veces, y es siempre el mismo guión. Si dices ya voy es ya voy, si no piensas venir aún, lo dices y en paz. Yo ceno, me pillo un libro y al sofá.
No protesta. Sabe que lo he dicho 30 veces, es algo superior a mi. No soporto que una persona me diga que está aquí en un instante y luego tarde hs. Prefiero que diga que se va a tomar algo con los amigos y no sabe a que hora vendrá, y yo me organizo a mi manera... aunque la verdad, esta vez lo que me desquició fueron mis ganas frustradas de “marcha”, y sus ganas de “colegueo”.
Al acabar de cenar (silencio de sepulcro), se levantó y llevó los platos al vertedero, guardó la coca-cola, el pan tostado y el queso fresco, limpió el mantel, cerró la puerta con llave, fue a ver los peces y se fue a la ducha.En la ducha encontró mi lencería colgada en el mueble y mi gel mentolado de Durex, listo para untar por TODAS PARTES... y tampoco dijo palabra. Al salir de la ducha me miró callado, quiso decir algo pero se cortó y al final, se metió en cama, puso el despertador y apagó la luz. No se atrevió a tocarme y desde luego yo no lo toqué. Esta mañana al levantarse él, a las seis, me ha besado en la frente y me ha acariado el pelo. Yo fingí seguir dormida y él estuvo un min. sentado en la colcha, luego ha desayunado y se ha ido a todo turbo a trabajar.
Hacia las once de la mañana he recibido un mensaje en el móvil:
“Cuando te siento entre mis brazos y oigo palpitar tu corazón,solo puedo pensar en lo afortunado que soy por tener la novia que tengo. Te quiero muchísimo, pero soy un desastre para pillar los detalles. Lo siento, un beso”
Y ante esto, ¿qué hago?. ¿Sigo con venganza sutil, y no le respondo?. ¿Me hago dura y le dejo pensando hasta esta noche?. Pues... se me había ocurrido, sí, haber si la próxima vez recuerda que no es buena idea. Pero me ha llamado a las 20hs.
- Que, ¿te falta mucho?.
- No, -dije yo. Estoy recogiendo, ¿por?.
- Por nada, por saber. Yo hoy acabé antes de tiempo, el jefe tenía prisa que anda organizando la boda de su hija... Te espero por casa, ¿vale?.
- ¿Ya te vas a casa?.
- Si... me apetece encender la sauna... y tengo que ver un tema antes. No corras, un beso.
- Vale, besos.
Me ha costado, pero he aguantado la sonrisa floja que se me ha puesto. Esta noche HAY FIESTA, amigos... que los vecinos se pongan los auriculares...
-Niña, tú no te preocupes, ten siempre dos velas encendidas por si una se apaga, que hombres sobran. Si te timaron en el mercado y trajiste por merluza, una sardina común, ¿por qué no volver al mercado?. Hay tantos rodaballos en el mar... La caña bien tensa, que en cuanto aflojamos se largan.
Y que razón tenía. ¿En que diccionario aprendieron los hombres el significado de “Ahora subo”, y “Vengo pronto”???.
Ayer he tenido un vaivén de fortuna. Llevaba sintiéndome mal todo el día, demasiado ordenador, demasiadas discusiones, demasiado sueño, calor, agobios... y salí del trabajo ya a las 21hs. La cuestión es que no sé muy bien como, al Km y medio, durante un segundo me dormí al volante. Fue un “zip”, abrí los ojos y vi que me salía hacia al otro carril, por donde, por santa fortuna, o porque a alguien le caigo bien arriba (será de ver “Entre fantasmas” en Cuatro), no venía nadie. Di un volantazo, me asusté, y al mirar por el retrovisor el de atrás me hacía el gesto de si estaba loca. Somos malos, a nadie se le ocurre pensar los problemas que pueda tener otra persona, nos lo sabemos todo, tenemos todas las respuestas para todas las preguntas.
Son solo 6 kms. de mi piso a la oficina, así que pronto llegué a mi garaje y a mi salón. Me quité las lentillas y me puse las gafas, eché un vistazo a mi Colisa, un pobre pececito que se me muere... y me tumbé en cama, sin ganas de nada. A los 20min. llama mi novio,, y me pregunta donde estoy, que está en la cafetería para tomar un helado... yo le cuento que me dormí un segundo, me asusté, estoy en cama, no me apetecía parar. Al muy cabrito solo se le ocurre decirme que están allí fulano y mengano con voz tristona, vamos, que desde que estamos en plan ahorrador parece que tiene “mono” de bar y amigos de barra, y enlaza: “Pero da igual, estoy en la puerta, ya arranco el coche y subo”.
Tengo que aclarar, que desde la cafetería a mi piso, andando, hay 5. min., PASEANDO. Yo ya lo veo venir. Pasan 10min., 15, 20, 1 hora, hora y cinco... y aparece.
Claro, para entonces yo me encontraba mejor, y a cuento que mi madre no ha venido aún, ya me he duchado, preparado una cena sexy, encendido una vela con perfume de alhelí y preparado mi lencería favorita. Y también tengo un cabreo que clama a Cristo.
Es un artista. Entra con un helado en la mano. “Mira que te traigo, cari, de chocolate”, y me besa. Yo ya me sulfuro y digo que no me apetece a esas horas. Me mira y no osa preguntar por qué. No me pregunta porqué tengo mala cara, porqué estoy enfadada... se sienta y ni pone el vino. Le miro ya verde de rabia.
- Oye, si no piensas cenar, dúchate sin problema que yo ya me he duchado.
- Claro que quiero cenar, ¿y luego esta ensalada?.
Entonces es cuando se fija en la vela... pero no dice nada.
- Y según tú... el vino o la coca-cola o lo que se te antoje va solo a la mesa, ¿no?.
- No hace falta que se entere todo el vecindario... ya voy.
- El vecindario me importa tres pijos.
- ¿Pero que te pasa?.
- Mira... esta conversación ya la hemos tenido más veces, y es siempre el mismo guión. Si dices ya voy es ya voy, si no piensas venir aún, lo dices y en paz. Yo ceno, me pillo un libro y al sofá.
No protesta. Sabe que lo he dicho 30 veces, es algo superior a mi. No soporto que una persona me diga que está aquí en un instante y luego tarde hs. Prefiero que diga que se va a tomar algo con los amigos y no sabe a que hora vendrá, y yo me organizo a mi manera... aunque la verdad, esta vez lo que me desquició fueron mis ganas frustradas de “marcha”, y sus ganas de “colegueo”.
Al acabar de cenar (silencio de sepulcro), se levantó y llevó los platos al vertedero, guardó la coca-cola, el pan tostado y el queso fresco, limpió el mantel, cerró la puerta con llave, fue a ver los peces y se fue a la ducha.En la ducha encontró mi lencería colgada en el mueble y mi gel mentolado de Durex, listo para untar por TODAS PARTES... y tampoco dijo palabra. Al salir de la ducha me miró callado, quiso decir algo pero se cortó y al final, se metió en cama, puso el despertador y apagó la luz. No se atrevió a tocarme y desde luego yo no lo toqué. Esta mañana al levantarse él, a las seis, me ha besado en la frente y me ha acariado el pelo. Yo fingí seguir dormida y él estuvo un min. sentado en la colcha, luego ha desayunado y se ha ido a todo turbo a trabajar.
Hacia las once de la mañana he recibido un mensaje en el móvil:
“Cuando te siento entre mis brazos y oigo palpitar tu corazón,solo puedo pensar en lo afortunado que soy por tener la novia que tengo. Te quiero muchísimo, pero soy un desastre para pillar los detalles. Lo siento, un beso”
Y ante esto, ¿qué hago?. ¿Sigo con venganza sutil, y no le respondo?. ¿Me hago dura y le dejo pensando hasta esta noche?. Pues... se me había ocurrido, sí, haber si la próxima vez recuerda que no es buena idea. Pero me ha llamado a las 20hs.
- Que, ¿te falta mucho?.
- No, -dije yo. Estoy recogiendo, ¿por?.
- Por nada, por saber. Yo hoy acabé antes de tiempo, el jefe tenía prisa que anda organizando la boda de su hija... Te espero por casa, ¿vale?.
- ¿Ya te vas a casa?.
- Si... me apetece encender la sauna... y tengo que ver un tema antes. No corras, un beso.
- Vale, besos.
Me ha costado, pero he aguantado la sonrisa floja que se me ha puesto. Esta noche HAY FIESTA, amigos... que los vecinos se pongan los auriculares...
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