

En fin. Por lo demás, Túnez, para ver sin duda. Los 15 días se me pasaron volando y me dió pena volver. Nada de cierto de lo que la gente mayor de aquí nos decía. Ni peligro, ni insultos, ni pasamos hambre, ni nadie se metió conmigo por ser casi rubia. En el hotel, de hectáreas, nos poníamos como el kiko cada día, donde solo de postre en el buffet tuvimos cada día 12 o 14 fuentes, los 15 días, a repetir cuanto quisieras. Yo 3 veces de fruta y pastelitos, mi ya marido (sigue sonando raro) 4 veces tarta de chocolate. Así volvimos: El 3 kg. de más y yo 1,5kg. y porque hacía demasiado calor y ya lo consumías. Los zocos llenos de cobre, cachimbas, té, especias, rosas del desierto, túnicas, henna... los cementerios tan diferentes (todo en blanco, sin adornos, todos en el suelo, todos hacia la Meca), los tunecinos, tan abiertos y divertidos en aquella zona (Hammamet), y tan secos en Túnez capital. Todo me sabía a poco, siempre me parecía que el tiempo iba demasiado deprisa, más de 300 fotografías, souvenirs, alguna moneda en la maleta (un dinar= 0,60 €)...
Aunque cuando hicimos la excursión al Lago de Sal (47 grados) y a Douz, puerta del Sáhara para ir una hora en dromedario (2 días fuera del hotel)... hacia el Sur, a pocos kms. de frontera con Argelia y Libia, según nos comentaba el guía (Munir)... había tanta pobreza, tanto de nada por todas partes, tanta arcilla y piedra y rocas y nada más, ni chumberas siquiera... Un pobre hombre cambiaba dos collares de cordón y un trozo de mármol en forma de flor o corazón... ¡POR UN PUÑETERO BOLÍGRAFO, PARA SUS HIJAS !. A mí se me partía el alma. Un put... boli no llegaba a aquella zona, y yo en el piso los tengo de propaganda tirados por todos los cajones. Pero tampoco es que no me gustara. Estas cosas están muy bien para aprender a quejarse menos y valorar más lo que uno tiene.
Un poco más arriba, acabado el desierto, a la vuelta (hicimos 1200 y pico kms.), niños de 3, 4 , 5 años con una bolla aplastadita de pan, sentados en la calle y sujetandola en alto sin moverse... y ningún adulto mirando si venía algún pederasta, un borracho... nada. Niños en hora de coleguio con rebaños de más de 100 cabras... gente tirada en medio de olivares y chumberas, a la hora de unos de los 5 rezos, con un trapo y cabeza gacha hacia la Meca... Nuestro guía que como Septiembre es Ramadán, ni podía comer, ni beber, ni fumar, ni sexo, entre la salida y la bajada del sol, y cuando nosotros parábamos para comer o para beber algo se quedaba fuera mirando el aire...
Un tunecino en un oasis bajaba directamente los dátiles de las palmeras para ir comprando nosotros si queríamos después de probarlos (nada que ver con los que se toman aquí en Navidades). Otro nos lleva en calesa a recorrer parte de la finca de datileros (inmenso)... Cada palmera, 90/100 kgs. de fruta...
En Hammamet, donde teníamos el hotel, era imposible aburrirse. Cinco piscinas fuera y una de interior y jacuzzi y masaje, playa unida al hotel por un simple seto de jardín, tenis, voleibol, moto de agua, paracaidas, tiro al arco, danza del vientre, domador de serpientes, fakires, danza regional, caballo, dromedario, gimnasio, vela, pedaletas, aqua-gym, todo incluído en el precio y a repetir, excepto la moto de agua, vela, pedaletas, caballo y dromedario y masaje. Por las mañanas solíamos dar un paseo y compras o estar en la piscina, por las tardes playa y solo playa, cena y el espectáculo de turno en el salón del hotel.
Estuvimos en 11 pueblos. Foto con zorro y lagartos del desierto... contrabando de gasolina en plena calle... ni un solo coche de gasoleo, ni una moto (solo vespinillos), camiones antiquísimos, el cortacesped de las medianas de las autopistas, las ovejas... mezquitas imponentes en pueblos sin tejados... en unos pueblos muchas mujeres tapadas, en Hammamet y capital casi ninguna...
En fin, que no os doy más la brasa porque necesitaria varios artículos para contar TODO lo que vimos durante 15 días y todo lo que no pudimos ver. Nos alegramos mucho de haber elegido Túnez.

Por cierto, ojito al dato. En la frontera con Libia: 1,00 €, 12 lts. de gasolina.
FOTO: EL DJEM
Anfiteatro de El Djem, en MADHÍA, donde cabían 35000 disfrutando de la muerte de tantas otras a manos ( o debía decir zarpas) de los leones... Construido el 3º año d.Cristo, por los romanos. Se cree que no estaba terminado y que a partir del siglo XVII fue medio desmantelado por la población para sus casas e incluso llegó a usarse parte de la piedra para la Mezquita de Keirouán, a bastantes kms.
Me ha encantado el post entranganas d ir!! (meses y meses despues, pero t leo)
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