Lo que me ha pasado... no sé muy bien cual es el nombre. Porque creo que guarrada, es un apelativo muy light para la “anécdota” de este fin de semana:
Tengo un vecino que da por hecho que la parte de arcén que esta frente a su casa ES SUYA. No importa que no tenga vado permanente, el caso es que a la vieja usanza, ese trozo, ES SUYO. Pero claro, el resto de mortales de esta zona ni se nos pasa por la cabeza tal posibilidad. El caso es, que como cada viernes, mi chico rubio y yo, paramos en nuestro local favorito de la zona, nuestro cuartel general. Casualmente, en ese instante hay tres lugares vacíos para aparcar, dos delante de la casa de este señor y otro al otro lado de la carretera. Ya que nos cae en el carril que circulamos, y llegando ambos a la vez, pues aparcamos frente a la casa del susodicho vecinito y tranquilamente charlando nos vamos al bar. Pasada la una de la madrugada, decidimos que es hora de irnos a casa, pagamos religiosamente la cuenta y nos vamos llave en mano, cada uno a su “bólido”, dispuestos a darnos una duchita reconfortante y dedicarnos en los “menesteres caseros” que creamos convenientes. Mi rubiales va delante y se detiene en seco al llegar al coche:
- ¿Que narices tiene tu coche en el techo?... pero... ¿y el mío?... ¡¡¡ grasa !!!.
Me acerco apresurada y veo que rodea desesperado su amado coche con ganas de morder a alguien, lo mira y lo remira, y toca una manchita con el dedo. Yo me quedo paralizada por la repentina posibilidad que ante mi fino olfato, distingo:
- Cari... no toques eso... ¿no hueles?... eso no es grasa.
- ¿Como?
- ¿Es que no hueles?, ¡ eso no es grasa precisamente !. No es el suelo, son los coches los que apestan.
Ambos comprendemos al instante que lo que nos han largado encima de los coches, son los fluidos nocturnos desde la ventana de la habitación de este paisano. ¿Alguien sabe lo del orinal que nuestros abuelos y bisabuelos usaban de noche y vaciaban por la mañana?. Pues este “artista”, lo usa por la noche... ¡ y lo vacía la noche siguiente tirándolo sobre quien aparca frente a su casa !!. Enfadadísimos entramos al bar a pedir agua para tratar de minimizar el perfumazo, y yo ya estoy rumiando mi venganza. Este hombre tiene un chiringo, una especie de bar no declarado donde los domingos se sirven vinitos y tapas... Espero que el domingo esté lleno, pienso, porque allí con el bar lleno le voy a decir que opino del tema. Pero llega el domingo y me entero que se ha ido de boda y el local está cerrado. También me entero que una chica estaba limpiando su coche a las 4 de la madrugada... por lo visto es trato habitual del hombre a quien “usurpa” su arcén. Me comentan que a una antigua camarera le largó en el capó aceite de freir pescado. MI VENGANZA VA A SER FINA. SE VA A QUEDAR CON MI CARA, FIJO. Por un instante se me ocurre guardar todas los “sobrantes” de mi querida Menphis, mi gatita, toda la semana y lanzárselos trayectoria ventana, luego, no me veo tan gorrina, y me conformo con buscar unas buenas bombas fétidas, las cuales tengo una ligera idea ya de donde comprarlas, aunque, aparte de eso, se me ocurre que lo de decírselo delante de la clientela no pasa. Mi novio que es calma chicha en alta mar, decidió no esperar tanto y ya inició su guerra particular: A las 00hs. del domingo, para en seco delante de su casa y se le mea en la puerta sin cortarse un pelo.
- Pareces un perro... - río yo.
- Para perro viejo el que está dentro, que ya ni al baño va, se mea en un bote.
Al meternos en cama pensando en el lunes, mi hombre se parte de risa...
- Ahora que lo pienso, estará acostumbrado a su propio perfume en la acera... ¿crees que notará el mío?. Tienes razón tú, que soy demasiado blando.
- ¿Cuantas bombas fétidas guardo para tí?
- Yo... tengo unos guantes en el camión, estupendos, ya negocio yo con tu gata.
Tengo un vecino que da por hecho que la parte de arcén que esta frente a su casa ES SUYA. No importa que no tenga vado permanente, el caso es que a la vieja usanza, ese trozo, ES SUYO. Pero claro, el resto de mortales de esta zona ni se nos pasa por la cabeza tal posibilidad. El caso es, que como cada viernes, mi chico rubio y yo, paramos en nuestro local favorito de la zona, nuestro cuartel general. Casualmente, en ese instante hay tres lugares vacíos para aparcar, dos delante de la casa de este señor y otro al otro lado de la carretera. Ya que nos cae en el carril que circulamos, y llegando ambos a la vez, pues aparcamos frente a la casa del susodicho vecinito y tranquilamente charlando nos vamos al bar. Pasada la una de la madrugada, decidimos que es hora de irnos a casa, pagamos religiosamente la cuenta y nos vamos llave en mano, cada uno a su “bólido”, dispuestos a darnos una duchita reconfortante y dedicarnos en los “menesteres caseros” que creamos convenientes. Mi rubiales va delante y se detiene en seco al llegar al coche:
- ¿Que narices tiene tu coche en el techo?... pero... ¿y el mío?... ¡¡¡ grasa !!!.
Me acerco apresurada y veo que rodea desesperado su amado coche con ganas de morder a alguien, lo mira y lo remira, y toca una manchita con el dedo. Yo me quedo paralizada por la repentina posibilidad que ante mi fino olfato, distingo:
- Cari... no toques eso... ¿no hueles?... eso no es grasa.
- ¿Como?
- ¿Es que no hueles?, ¡ eso no es grasa precisamente !. No es el suelo, son los coches los que apestan.
Ambos comprendemos al instante que lo que nos han largado encima de los coches, son los fluidos nocturnos desde la ventana de la habitación de este paisano. ¿Alguien sabe lo del orinal que nuestros abuelos y bisabuelos usaban de noche y vaciaban por la mañana?. Pues este “artista”, lo usa por la noche... ¡ y lo vacía la noche siguiente tirándolo sobre quien aparca frente a su casa !!. Enfadadísimos entramos al bar a pedir agua para tratar de minimizar el perfumazo, y yo ya estoy rumiando mi venganza. Este hombre tiene un chiringo, una especie de bar no declarado donde los domingos se sirven vinitos y tapas... Espero que el domingo esté lleno, pienso, porque allí con el bar lleno le voy a decir que opino del tema. Pero llega el domingo y me entero que se ha ido de boda y el local está cerrado. También me entero que una chica estaba limpiando su coche a las 4 de la madrugada... por lo visto es trato habitual del hombre a quien “usurpa” su arcén. Me comentan que a una antigua camarera le largó en el capó aceite de freir pescado. MI VENGANZA VA A SER FINA. SE VA A QUEDAR CON MI CARA, FIJO. Por un instante se me ocurre guardar todas los “sobrantes” de mi querida Menphis, mi gatita, toda la semana y lanzárselos trayectoria ventana, luego, no me veo tan gorrina, y me conformo con buscar unas buenas bombas fétidas, las cuales tengo una ligera idea ya de donde comprarlas, aunque, aparte de eso, se me ocurre que lo de decírselo delante de la clientela no pasa. Mi novio que es calma chicha en alta mar, decidió no esperar tanto y ya inició su guerra particular: A las 00hs. del domingo, para en seco delante de su casa y se le mea en la puerta sin cortarse un pelo.
- Pareces un perro... - río yo.
- Para perro viejo el que está dentro, que ya ni al baño va, se mea en un bote.
Al meternos en cama pensando en el lunes, mi hombre se parte de risa...
- Ahora que lo pienso, estará acostumbrado a su propio perfume en la acera... ¿crees que notará el mío?. Tienes razón tú, que soy demasiado blando.
- ¿Cuantas bombas fétidas guardo para tí?
- Yo... tengo unos guantes en el camión, estupendos, ya negocio yo con tu gata.
Habéis hecho muy bien porque con guarros como ese, no hay que darles tregua. Además la carretera no es suya.
ResponderEliminarhttp://laslucesdeagosto.wordpress.com
La verdad, ese tipo de gentuza me recuerda a txetxu, mi vecino, estoy yo tan feliz con todo el barrio celñebrando con doce mil botellas mis doce mil visitas, y se queja por el ruido, nos tira helado de vainilla y aceite hirviendo... con vuestro adorable vecino yo probaria el truco papeo a domicilio, mandarle a todos los pizzeros y comida a domicilio del lugar. tambien podeis guardar la basura unos dias y dejarsela en la entrada de casa, dejarle un r´ñon de vaca en el buzón, cojer heces y una brocha y pintarle la fachada...
ResponderEliminarSaludos
Qué asco de gente, de verdad, no tengo palabras. Agh!
ResponderEliminar... Hum... Espero que lo de aparcar en su arcén no le tapone la puerta (hay mucha gente que no puede poner un vado porque la puerta no admite coches, pero que tampoco tiene una acera entre la puerta y su casa).
ResponderEliminarSuponiendo que ese no sea el caso (es decir, que realmente no le hagáis la puñeta aparcándole, sino que sólo considere que el sitio de aparcar es "suyo", como también pasa con algunos de mi pueblo), lo de los residuos me parece muy... divertido.